La ruptura con “Nopal”


Mitzy Ruiz, 29 de Enero 2018.

¿Qué hacer cuando cae el patriarca? Entraríamos en una transición de duelo. Tiempo de lucha y cuestionamiento de valores. ¡Nos ha dejado el guía!, y el que impuso las directrices sobre las formas, tamaños y modos. El Imperio romano, nunca pudo desapegarse de la figura del César. Claro que dictaminaban las leyes el congreso y las exigencias de la vox populi. Pero en dictaduras donde rigen las políticas vitalicias del mandamás, hasta convertirlo en un gobierno hereditario. Siempre ordenarán los caprichos y la figura del “Jefe”, caerá en devoción y respeto.


Diego Rivera, considerado por algunos, como “el pintor de templos virreinales”, falleció a causa del cáncer en el año 1957. Y por otros, como el verdugo de María Izquierdos. Como el demiurgo, dio las pinceladas para colocar las figuras geométricas esparcidas y dirigir, con todo y batuta, las tendencias artísticas del Siglo XX en México. Junto con Siqueiros y José Clemente Orozco (el mayor pintor en la historia mexicana), la creciente irracionalidad y carencia de una vereda para el pueblo mexicano, fue moldeada con “El muralismo”. Movimiento que promovía las revoluciones de izquierda (promovida por los movimientos socialistas en Europa), los ostracismos a los políticos y de un México dejado al azar; gracias a nuestra República joven y bastante suripanta para exigencias extranjeras. Además de acarrear un siglo sin recuperación, cuando echamos a los gachupines españoles. A pesar que, se mantuvieron algunos residentes.


El mecena punitivo y también pintor, antes de no poder controlar su cáncer (cosa que no consiguió), pronosticó como oráculo y hasta encaminó a sus fieles por el “camino de la verdad”. “Sigan a Tamayo y Juan Soriano”-exclamó durante una entrevista. Son sus discípulos más disciplinados y que correspondieron las órdenes del “Gobernador artístico”. ”. Y más que aplicar la ley al estilo de Moisés, prefirieron librarse del yugo y reencontrarse desnudos frente la nada. 

¿Qué carajos haremos con nuestro arte?, ¿Competirá contra las cúpulas del eurocentrismo?, ¿Tenemos realmente talento? En un mundo donde la norma ya no es necesidad de volver pecado, se vuelve tajante la vida misa. Y usando una frase de Elena Garro, me permitiría cantar que, aceptamos el “realismo mágico”. Ya no eran depilados nuestros sueños. Al igual que con Pinochet, Videla y el austriaco maniaco de Hitler, comenzamos a respirar cuando fueron derrocados. Y en vez de vender vitaminas como los alemanes o esperar hasta un milagro futbolístico en el Mundial de Suiza de 1954, llamado El milagro de Berna, para recuperarnos de los estragos de las Guerras, optamos por un método más asequible. Trascender por las aguas de “La Ruptura”.


Toda sublevación al margen político, va siempre de la mano con un estudio filosófico, literario o hasta incomodidad del obrero. En materia mexicana, no usaron el verbo impreso en hojas, para conseguir dividir opiniones. Nació entre maleza e iconografía a lo Juan Rulfo, una obra de José Luis Cuevas. Llamada: “La cortina de Nopal”. Abrió el mar y permitió que fluyan las corrientes. Quitamos la venda de los ojos, miramos periféricamente y le dimos chances a extranjeros, para que vinieran a mostramos la ruta o se unieran a nuestra revuelta. No eran santos o iluminados, fueron los mafiosos.
Se apoyaron del mismo tabique. Proliferaron en las mismas tertulias de café o encuentros casuales en las galerías de arte. Hasta la prensa, participó en la oleada. Aquellos que solo servían para el chisme o diagnosticar las obras artísticas, tomaron los fundamentos para explorar y difamar las creaciones. ¡Todo se valía! Disolvieron las ataduras de metal. Seguíamos acarreando lo paupérrimo del pueblo mexicano, el afán neoliberal y socialistas de los 60´s en las universidades; daba sus primeras estocadas el Partido Revolucionario Institucional (PRI), los fracasos en las justas deportivas, ya eran nuestra “piedra del Pípila” y nomás no pudimos secar la “espalda mojada”. Las artes, charlaban en lo oscuro. Peros sus hijos esclarecidos, pertenecían a la urbanidad y eran los héroes de la época. Falleció junto con los comunistas del 68´. Apenas dos décadas de centellas y logros.

Acabar con la academia mexicana de pintura, fue como cruzar El Puente Edmund Pettusa el 7 de marzo de 1965, tomando la mano de Matin Luther King. Correspondieron a sus sueños.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Las piernas de Luz María Zetina